Viaje 8 días Marrakech, Essaouira y Agadir

Viaje 8 días Marrakech, Essaouira y Agadir

En esta ruta combinamos Marrakech, la ciudad roja o la perla del sur, con la costa Atlántica de Marruecos. De la trepidante Marrakech viajaremos a la tranquilidad de los pueblos bereberes y sus ancestrales tradiciones. También disfrutaremos de los bellos pueblos costeros, con sus puertos pesqueros y sus infinitas playas. En ellas podremos pasear, tomar el sol, bañarnos y practicar deportes náuticos.

Día 1: aeropuerto Menara – Marrakech

Les esperaremos en el aeropuerto de Marrakech a la llegada de su avión para trasladarles a su alojamiento. Tendremos el día libre para visitar la ciudad de Marrakech. Se podrá disfrutar de su arquitectura, de sus edificios y monumentos: la Koutoubia, los jardines de la Menara, la Medersa, las tumbas saadianas, las murallas, los palacios… Y cómo no, la plaza Jemaa-el-Fna y los zocos de la Medina. Hervidero de gentes, sabores, sonidos, olores y colores. Este corazón vibrante de la ciudad está en constante transformación, desde el alba hasta el anochecer. Será un primer contacto con la ciudad, que conoceremos más a detalle el último día de nuestra ruta.

Día 2: Marrakech – Taroudant

Tras el desayuno, saldremos de Marrakech por una carretera que nos introducirá en el valle del Oued N´Fis, cuna de los almohades. Nuestra ruta discurrirá por un camino salpicado de numerosas alcazabas, entre las que destaca la de Tin Mal, pequeña aldea tradicional en la actualidad, pero clave en el devenir histórico de Marruecos por el gran imperio que dominó la dinastía de los almohades. Escalaremos la montaña, para llegar al paso de Tizi-n-Test, a 2.100 metros de altitud. Desde la cumbre,  mientras saboreamos un buen té, disfrutaremos de unas vistas impresionante sobre el desierto y de la bajada hacia Taroudant. Pequeña  ciudad-mercado fortificada, en el fértil valle del rio Souss. Fue el origen de la dinastía Saadí, y primera capital de los sultanes saadianos antes que Marrakech. Las murallas rojizas de su medina tienen 6 km de longitud y un grosor de 80 cm, están rodeadas de palmeras y jardines con baluartes y tienen nueve puertas que aún, se conservan intactas.

Día 3: Taroudant – puerto de Kerdous

Tras el desayuno, atravesaremos campos de Argana spinosa (arganos) y olivares hasta acercarnos al Anti Atlas.  Conoceremos el pueblo de Igherm, un pueblo de color rosado, centrado desde la antigüedad en la producción del cobre. Era parada obligatoria, en la antigua ruta de las caravanas, para aprovisionarse del preciado metal. Posteriormente, nuestra ruta nos llevará a una curiosa sucesión de paisajes. De los minerales, pasaremos a los paisajes desérticos, todo ello adornado con espectaculares bancales de almendros. A partir de febrero, la floración de los almendros, con sus ramas dobladas por el peso de sus pétalos blancos y rosas, hace que la panorámica sea todavía más impresionante.

Día 4: cuello de Kerdous – Agadir

Después del desayuno, atravesaremos Tizi Kerdous a 1.100 metros de altitud, un balcón natural para contemplar la impresionante panorámica desde al Anti Atlas hasta el océano Atlántico. Llegaremos a Tiznit, una pequeña ciudad que destaca por lo colorido de su mercado. Posteriormente, la carretera que bordea la costa nos llevará hasta Agadir (que significa granero), uno de los principales puertos pesqueros de Marruecos. Su playa, con sus más de 6 km de arena fina, es excepcional. En el transcurso de su historia, ha sido el foco de duras luchas rivales. En 1960, la tierra tembló durante 15 segundos y la ciudad dejó de existir sepultando bajo sus ruinas a más de 15.000 personas. En la actualidad, reconstruida, tiene el aspecto de una ciudad moderna en vías de perpétua construción y amada por el turismo.

Día 5: Agadir – Essaouira

En nuestra siguiente etapa atravesaremos bosques de Argana spinosa. Son endémicos del suroeste de Marruecos. Es un árbol muy apreciado por las cabras que trepan por sus ramas para alcanzar sus frutos. Se dice que sus raíces son tan profundas que puede sobrevivir siete años sin que llueva. De su fruto, la nuez de argán, se extrae manualmente un aceite de una calidad extraordinaria. Primero se secan los frutos y luego se pelan. La corteza sirve como alimento para el ganado y el hueso como combustible. La almendra que hay en el interior del hueso se asa y se machaca para extraer el aceite. Es de un color naranja dorado y tiene un sabor avellanado. El aceite de argán, es muy apreciado mundialmente no solo por su uso culinario, si no también, por sus beneficios cómo cosmético. Se le reconocen virtudes anti-colesterol, vitamínicas, disminuye el riesgo de accidentes cardiovasculares, cura dermatosis, quemaduras y reumatismos. Se utiliza en cosmética por ser regenerador de la dermis. Mezclándolo con miel y almendras se prepara el rico amlou. El aceite de argán es una de las riquezas naturales de Marruecos. Llegaremos a Sidi Kauki, pequeño pueblo pesquero y uno de los centros surferos de la región, deporte que se practica de marzo a septiembre. Tendremos ocasión de dar un pequeño paseo de media hora a pie bordeando la costa, para acercarnos a una espectacular  playa salvaje, donde podremos disfrutar de un refrescante baño. Nuestro siguiente destino será Essaouira. Tendremos un primer contacto con esta bella y artística ciudad.

Día 6: Essaouira

Dispondremos de todo el día para conocer Essaouira, “la bien diseñada” y antiguo puerto de  Mogador. Forma parte de la Red de Pequeñas Ciudades Históricas de la Unesco. Conserva el cinturón amurallado del siglo XVIII junto con un puerto de pescadores muy activo y con numerosas embarcaciones. El pescado fresco, no sólo nos atraerá a nosotros, sino también a las gaviotas y a sus cantos. En los puestos del puerto y en toda la ciudad se puede degustar una sabrosa comida de pescado fresco. Sus casas son blancas con tejados planos y con marcos azules en las puertas y ventanas. En su medina peatonal, encerrada en sus murallas no hay sitio para los vehículos a motor. Es el lugar soñado para relajarse del ajetreo de la gran ciudad, tener contacto con sus gentes y pasear por una medina declarada Patrimonio Mundial por la Unesco. Esta ciudad tiene una larga tradición de tolerancia, judíos, musulmanes y cristianos cohabitan en armonía desde hace siglos. Su corazón es la plaza Moulay-el-Hassan, un buen sitio para tomar un té a la sombra de los árboles de caucho. Cuando hacia las 15:00 llegan los barcos y el pescado se vende en subasta, el puerto es uno de los lugares más animados de la ciudad. Desde la sqala del  puerto las vistas son espectaculares tanto de las islas  Púrpura, cómo de la playa, cómo de Essaouira. Aquí están los cañones adornados con blasones portugueses, españoles y flamencos. Como la temperatura es prácticamente siempre de 25º darse un baño en la playa siempre es una buena opción. El tarosque es el nombre amazigh del viento que sopla, atrae a los windsurfistas. Es mundialmente conocido el Festival de música gnawa y de músicas del mundo que se celebra a finales de junio, aunque no es el único festival de música que se celebra en la ciudad. También es famosa por su refinada artesanía, sobre todo objetos de madera tuya intercalada con madera de limonero, ébano, nácar o hilos de cobre o plata. Essaouira es un cruce de culturas y la ciudad de las artes. Se encuentra en una encrucijada en la frontera de dos tribus: al norte los chiadma (arabófonos) y al sur los haha (bereberófonos). También tiene influencia de los gnawa y de otras etnias africanas. Esta mezcla de culturas ha hecho que Essaouira sea un lugar privilegiado para artistas de todas las procedencias: pintoresescritorescineastas y músicos. Entre ellos, los internacionales: Oliver Stone, Orson Welles, Jimi Hendrix, Cat Stevens… El arte contemporáneo también ha florecido en Essaouira gracias a su herencia y a sus tradiciones.

Día 7: Essaouira – Marrakech

Nuestra ruta hacia el este atravesará el Haouz, la llanura de Marrakech. Tiene grandes contrastes cromáticos y paisajísticos entre el invierno y el verano. Las temperaturas del invierno, hacen que luzca con un verdor muy fértil, mientras que en verano se vuelve árida y desértica. Podremos conocer el arte ancestral de la confección de alfombras en la cooperativa de Chichaoua. Llegaremos a Marrakech al mediodía y tendremos ocasión de dejarnos embriagar por su embrujo.

Día 8: Marrakech – aeropuerto

A la hora convenida, traslado al aeropuerto desde el alojamiento y fin de nuestros servicios.

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