Ruta 10 días de Tánger al desierto
Día 1: Tánger – Asilah
A la llegada, recogida en el aeropuerto o en el puerto de Tanger. Camino de Asilah visitaremos el Cabo Espartel. Al pie del acantilado de este cabo se mezclan las aguas del mar Mediterráneo y del océano Atlántico. A lo largo de toda la carretera del cabo el paisaje es magnífico. Visitaremos las Cuevas de Hércules, una excursión muy apreciada por los habitantes de Tánger. Son una serie de cuevas naturales donde el mar penetra cuando hay marea alta y su entrada tiene la forma del mapa de África al revés. En ellas se han encontrado restos prehistóricos. Podremos almorzar y disfrutar de las playas. Continuando por la carretera de la costa llegaremos a Asilah, antes de conocerla dejaremos el equipaje en nuestro alojamiento. La ciudad antigua de Asilah esta rodeada de murallas del siglo XV. Diferentes pueblos se han establecido aquí; romanos, árabes, españoles y portugueses. La medina, que tiene tres puertas de entrada, es tranquila, bonita y muy limpia. Aquí se encuentra también el Palacio de Raissouni, un famoso bandolero de principios del siglo XX que entre otras hazañas, ayudó a la población de Asilah a liberarse de la tiranía del pachá local. El pequeño mercado de verduras y pescado está lleno de colores, un islote de frescor en un ambiente agradable.
Día 2: Asilah – Casablanca – El Jadida
Tras el suculento desayuno saldremos hacia Casablanca. Casablanca la fundaron en el siglo XVII los beghouatas, una tribu bereber contraria al islam ortodoxo. Visitaremos la Mezquita de Hassan II, una visita imprescindible al ser una de las pocas mezquitas accesibles a los no musulmanes. Esta joya de la arquitectura islámica es la mezquita más grande del Magreb y la tercera más grande del mundo. En su interior puede acoger a 25.000 fieles y el atrio a más de 80.000. Se comenzó a construir en 1986 y se inauguró en 1993, se necesitaron más de 15.000 trabajadores. Combina las técnicas más modernas con la artesanía tradicional marroquí: puertas de titanio con apertura vertical, un techo que se abre por raíles, ascensor, calefacción por suelo radiante, estucos de Marrakech y Safena, techos de cedro del Atlas, arañas de Murano, pilares de granito, suelo de mármol de Carrara… Seguiremos nuestro camino hacia El Jadida, antigua fortaleza portuguesa bañada por el océano Atlántico, donde nos alojaremos. Las murallas de El Jadida están flanqueadas por cuatro bastiones restaurados en el siglo XIX. En su interior está la medina que es un poco barroca y el magnífico aljibe portugués. Este aljibe, alimentado por agua de lluvia, en su sala subterránea tiene muros de más de tres metros de grosor. Ocupa 1.000 m² y podría contener casi 2,7 millones de litros de agua. La iluminación de los 25 pilares ensamblados en clave de arco que proporciona la apertura circular de la bóveda, hacen las delicias de los amantes de la fotografía.
Día 3: El Jadida – Safi – Essaouira
Desayunaremos y nuestra ruta continuará hacia Safi. El paisaje se irá volviendo más desértico, animado por rebaños de corderos y de dromedarios, con el océano como fondo. Safi es un puerto industrial, principalmente de fosfatos, pero también el mayor puerto sardinero del país. Su cerámica tiene renombre mundial. Bordeando el océano llegaremos a Essaouira, con su cinturón amurallado, su puerto de pescadores y sus gaviotas. Tras dejar el equipaje en nuestro alojamiento podremos disfrutar de esta bella, intercultural y tranquila ciudad. En los puestos cercanos al puerto podremos saborear el pescado fresco. (Más información de la ciudad en: “Excursión a Essaouira”).
Día 4: Essaouira – Marrakech
Después del desayuno nos dirigiremos a Marrakech, conoceremos la zona de producción del codiciado argán. El arganero (Argana spinosa) es un árbol muy apreciado por las cabras que trepan por sus ramas para alcanzar los frutos. Tiene unas raíces muy profundas y puede sobrevivir siete años sin que llueva. De su fruto, la nuez de argán, se extrae manualmente un aceite de una calidad extraordinaria. Se secan los frutos y luego se pelan, la corteza sirve de forraje para el ganado y el hueso como combustible. La almendra que hay en el interior del hueso se asa y se machaca para extraer un aceite de un color naranja dorado con un gusto avellanado incomparable. Su consumo combate el colesterol, disminuye los accidentes cardiovasculares y tiene muchas vitaminas. Su aplicación externa cura dermatitis, quemaduras, reumatismos y otras afecciones. Mezclándolo con miel y almendras se prepara el delicioso amlou. Es muy apreciado en la cosmética a nivel mundial por su poder regenerador de la dermis y el cabello. Hacia el mediodía llegaremos a Marrakech, disfrutaremos de una visita guiada por la ciudad y en ella nos alojaremos. (Más información sobre esta ciudad en: “Marrakech, la ciudad roja”).
Día 5: Marrakech – Ait ben Haddou – Ouarzazate
Tras desayunar en nuestro alojamiento de Marrakech, cruzaremos el Alto Atlas atravesando el puerto de Tizi N´Tichka a 2.260 m de altitud. Disfrutaremos de unas vistas espectaculares mientras contemplamos los cambios de tonalidades de la tierra y las aldeas bereberes que cuelgan de la pendiente de las montañas. Visitaremos una cooperativa de producción de aceite de argán, donde nos explicarán como se obtiene y los múltiples beneficios que tiene para el cuerpo humano. Siguiendo nuestro camino hacia el sur llegaremos a la Kasbah de Ait Ben Haddou. Espectacular poblado de arcilla y piedra, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y escenario natural de multitud de películas y series internacionales. Tendremos ocasión de pasear por sus calles y disfrutar de las vistas. Después nos dirigiremos a Ouarzazate, la puerta del gran desierto y centro de producción cinematográfica internacional con varios estudios cinematográficos. En esta ciudad, cenaremos y nos alojaremos.
Día 6: Ouarzazate – Skoura – Valle del Dades
Desayunar y en Ouarzazate podremos ver la Kasbah de Taourirt que fue construida por la dinastía del pachá El Glaoui. La kasbah protegía de las inclemencias climáticas (el polvo, el viento y el calor) y de las incursiones armadas de los grandes señores del desierto. La kasbah de Taourirt es también un ksar, un pueblo fortificado habitado, comunicado por una red de callejuelas. El pachá El Glaoui reinó como dueño de las provincias del sur a sueldo de los franceses, esta kasbah, era una de sus numerosas residencias. Después continuaremos hacia el Valle de las Rosas, hectáreas llenas de rosales que florecen de abril a junio, donde cultivan rosas, las destilan y producen esencias y perfumes. Al año se recogen unas mil toneladas de flores. Pasaremos por el palmeral de Skoura hasta llegar a las Gargantas del Dades donde nos alojaremos. El valle del Dades es uno de los más interesantes del sur de Marruecos. La carretera asfaltada bordea el uadi (rio) Dades y atraviesa unos paisajes espléndidos donde las construcciones de adobe adquieren el tono de las rocas que las rodean. El camino serpentea a lo largo del alto valle desgranando una serie de ksar en medio de cultivos y de pequeños vergeles. Finalmente la carretera se adentra en las majestuosas gargantas y tendremos ocasión de disfrutar de una vista panorámica de ellas.
Día 7: Gargantas del Dades – Tinerhir – Gargantas del Todra – Erfoud – Merzouga (desierto)
Tras el desayuno, de las gargantas del Dades volveremos a Boumalne del Dades y de aquí partiremos hacia el este. Boumalne del Dades es un lugar de encuentro entre los bereberes ait atta del jbel (monte) Saghro y los ait sedrat del alto Dades, es un importante centro administrativo de la región. Conoceremos Tinerhir (a 1.340 m de altitud), famoso por su palmeral, contemplaremos desde un mirador excepcional como el palmeral se extiende hasta los contrafuertes del Atlas. Es uno de los más ricos de Marruecos. Más adelante, recortadas en la gruesa capa calcárea del Alto Atlas, visitaremos las Gargantas del Todra. Un cañón de paredes verticales de 300 metros de altura con una separación de 10 – 20 metros de ancho en su punto más estrecho. Son un paraíso para la escalada. Las forma el uadi Todra con su agua cristalina, fresca y limpia. Aquí haremos un pequeño paseo a pie junto al cauce. Seguiremos hacia Erfoud. Estos valles están plagados de yacimientos geológicos y minerales. En ellos habitan los descendientes de varias tribus Amazigh, es una región con una gran riqueza socio-cultural. Se cultivan las palmeras datileras, practican el tejido de mantas, de alfombras y de prendas de lana. En las montañas cercanas abundan las plantas aromáticas y medicinales. La producción artesanal de la zona intenta cubrir las necesidades locales. Nuestro camino será una sucesión de ksar, de oasis y de palmerales. Veremos el sistema de riego llamado khetarra, utilizado desde la antigüedad y similar al sistema de acequias. Llegaremos a los pies de las dunas, a Merzouga. Dejaremos lo que no necesitemos en el albergue y nos prepararemos para conocer el desierto. Erg Chebbi, en el Sáhara, el desierto de dunas de hasta 150 metros, más grande de Marruecos. Tras un agradable paseo de una hora en dromedario, escuchando el silencio y acostumbrando a nuestros ojos al nuevo horizonte, llegaremos a nuestro campamento de haimas. La impresionante puesta de sol dará paso a un cielo estrellado y a una luna que nos cobijarán durante toda la noche. Cenaremos, charlaremos sin reloj pero con tiempo y descansaremos en nuestras haimas, como durante siglos, lo han hecho los hombres y mujeres del desierto.
Día 8: Merzouga – Valle del Ziz – Midlet – Azrou – Fes
Podremos levantarnos antes de la salida del sol, esperarle en la duna y ver el amanecer. Allí disfrutaremos de uno de los mejores momentos en el desierto de Merzouga; el amanecer de un nuevo día. Después, los pacientes dromedarios, con su caminar acompasado, atravesarán las dunas para acercarnos hasta el albergue, donde desayunaremos y nos podremos duchar antes de continuar nuestro camino. Saldremos hacia Rissani, referente histórico en el comercio transahariano. Actualmente, su zoco es un importante lugar de encuentro y abastecimiento para la zona. En Rissani está el mausoleo de Moulay Ali Chérif, fundador de la dinastía alauita. Tras bonitos pueblos fortificados, y una privilegiada vista del palmeral de Aoufous, atravesaremos Erfoud, tierra de fósiles. Cruzaremos Errachidia y atravesaremos el valle creado por el rio Ziz, que nace en la cordillera del Atlas y desaparece 282 km después en el desierto del Sáhara. Nuestra ruta seguirá por Midlet, ésta se encuentra ente el Alto y Medio Atlas a 1.508 metros sobre el nivel del mar, tiene gran influencia francesa y se dedica a la agricultura (manzanas, melocotones, nueces, trigo y maíz sobre todo), a la ganadería y a la minería (vanadinita). Atravesaremos el Medio Atlas, a través de Azrou e Ifrán. En Azrou, (Azru significa “peñasco”) con una población puramente Amazigh, visitaremos el bosque de cedros y veremos a los monos en libertad, los macacos de Berbería. Está en el centro de un parque natural de 53.000 hectáreas, lleno de cedros y encinas entre siluetas de antiguos volcanes donde juegan los monos. En los bosques de esta región hay unos 200.000 macacos de Berbería. También veremos el cedro Gouraud, el cedro milenario, ya muerto, más grande de la región. A Ifrán se le llama la “suiza marroquí” por su estilo arquitectónico. A 1.650 metros de altitud, está habitada desde la prehistoria y tiene una de las mayores universidades del país. Se han encontrado numerosos restos neolíticos en las cuevas de la región, Ifrán significa “las cuevas” en bereber. También es centro de veraneo y su estación de esquí es muy apreciada. Atravesaremos el Atlas Medio y llegaremos a Fes por la tarde donde cenaremos y nos alojaremos.
Día 9: Fes – Chefchaouen
Después del desayuno, tendremos una visita guiada para conocer Fes, la más antigua de las ciudades imperiales. Se fundó en el año 808 como primera capital política, religiosa y cultural. Se divide en tres zonas: Fès el-Bali (la zona antigua dentro de las murallas), Fès el-Jdid (la zona nueva donde está el barrio judío) y la Ville nouvelle (la ciudad nueva). Comenzaremos viendo las siete puertas doradas del Palacio Real que data del s. XIV. Después desde un lugar elevado, observaremos la muralla y la impresionante y antigua medina que encierra. Después de esta primera visión recorreremos esa medina, que es la mayor zona peatonal del mundo, es Patrimonio de la Humanidad y uno de los mayores emplazamientos medievales que existen en la actualidad. Descubriremos medersas, plazas, mezquitas, zocos, colores, olores, alfareros… hasta llegar al barrio de los curtidores. El zoco más grande del país, con 7.200 m² y más de 400 artesanos. Visitaremos el barrio de los artesanos, que es el que da a Fez el nombre de “la ciudad de los artesanos”. Después nos dirigiremos a Chefchaouen (a 600 m de altitud), donde nos alojaremos. Se asienta en dos montañas con forma de cuernos, de ahí su nombre. Las casas están en la falda de la ladera y su medina se oculta en la montaña. Las callejuelas son pintorescas y están llenas de pequeñas construcciones blancas con patios a la sombra de algún árbol frutal. Se le llama la “ciudad azul”, porque este color se encuentra por todas partes; en los dinteles de las ventanas, en los umbrales de las puertas, en el suelo pavimentado… Es una ciudad de tejedores y artesanos, ciudad santa que estuvo prohibida a los fieles cristianos hasta el siglo XX. Cada barrio posee cuatro mezquitas, cuatro hamanes y cuatro escuelas coránicas. En la gastronomía del Rif es tradicional la bissara, especie de puré de habas que se acompaña de pan, aceite de oliva y huevos. La fouta también es exclusiva del Rif, una pieza de tejido a rayas de colores magníficos, que las mujeres bereberes llevan sobre su falda.
Día 10: Chefchaouen – Tánger
Tras el desayuno y a la hora convenida, traslado al aeropuerto o puerto de Tánger.